Como diseñador e ilustrador, no hay cosa que más rabia e impotencia me de que el plagio, pero ¿sabemos que estamos ante coincidencias, citas, alusiones, réplicas, calcos, parodias, imitaciones... ? es complicado decir con rotundidad que algo es plagio.

Todos sabemos que la inspiración no suele surgir de la nada, no aparece por generación expontánea, la originalidad y la copia van de la mano, y más en los tiempos que corren, internet es el gran aliado de la mediocridad, de la delincuencia binaria y de la inmoralidad creativa,...entren y cojan, sirvanse ustedes mismos del gran bufet de la creatividad al alcance de un click de ratón, se acabaron las largas horas de análisis de un proyecto, de búsqueda de soluciones originales y prácticas, por fin a llegado el momento del COPY PASTE.




Llegados a este punto la creación tiene un punto de partida en la difusión, su posterior asimilación por la masa y finalmente apropiación. De esta forma se generan clichés gráficos en nuestra retina, se forman imágenes icónicas que asociamos inconscientemente, en un determinado momento salen a la luz sin saber si hemos sido originales o simplemente hemos sido victimas de la estandarización, del ahorro de hallazgos, ó de creación pura...y así comienza lo que se puede concebir como prototipo, que se desarrolla en forma de serie o seriación.

Si un mismo artista, diseñador, creador...encuentra en la posibilidad de esta fórmula una salida orientada a la tendencia del...si esto funciona para qué cambiarlo...comienza así el declive de la creación.

Y por consiguiente a la copia, plagio... bien intencionado ó inconsciente, cualquiera de los dos es criticable en su justa medida, pero la ignorancia no exime del incumplimiento de unas normas, en este caso de la apropiación indevida del esfuerzo de otro en beneficio propio.

Tras este pequeño análisis sobre la poca moralidad que entraña apropiarse de la ideas de los demás, voy a hablar más concretamente sobre los Concursos de Carteles, comentar que soy concursante de dichos certámenes y también he sido jurado, por lo que puedo hablar con conocimiento de causa desde ambos sentidos.

Cual es el primer paso a la hora de hacer un cartel, muy sencillo, saber la bases y ahí es donde hay un apartado muy claro que suele poner ... "...las obras no serán en todo ni en parte plagio o recreaciones de otras...", pues bien, como todo plagiador que se precie, este apartado ni caso.

El segundo paso es saber el motivo del concurso, si es para fiestas de un pueblo, algún evento en particular, dónde se celebra, sus costumbres, lugares típicos...etc..lo básico vamos, informarte un poquito.

Y la tercera parte, es comenzar a pensar y analizar toda esa información, y buscar una solución al problema que se nos ha presentado en forma de cartel, porque si alguien a estas alturas no lo sabe..., el diseño, no es otra cosa que la solución de un problema, pues resolvamos el problema de la forma más solvente posible.

Los plagiadores sólo piensan en cómo no pensar, es decir, en hacer "algo" de "otro" sin mucho esfuerzo y que "garantice" un posible "premio",  un pensamiento ciertamente suplantatorio de la autoría de una tercera persona, que en su buen hacer no sabe que todo su esfuerzo se lo va a merendar otro.

Nos vamos a internet, abrimos Google, ponemos una frases típicas en la búsqueda como: carteles, concursos, fiestas... y...¡¡premio¡¡¡... se abren las puertas de la creatividad, un sin fin de ideas, y de hallazgos válidos.

La accesiblidad es tan inmediata que permite apropiarse de todo lo ajeno sin ningún tipo de pudor, estamos ante un escaparate público de ejercícios de comunicación, de estilos, de variantes, pero todo converge en una sola forma, el plagio, algunos lo enmascaran llamándolo de una forma que está muy de moda como es...el homenaje, burda mentira, ni coincidencia, ni imitación...simplemente duro y puro plagio.

Los Concursos de Carteles están repletos de plagios, me consta que en algunos casos el jurado ha hecho oidos sordos a las quejas y pruebas claras del plagio, hacen la vista gorda por no engrosar más las listas de semejantes descalabros.

Es cierto, que el concursante que se salta las normas y presenta una plagio, sabe lo que hace y es consciente del riesgo que corre, pero parece ser que los beneficios son mayores, por ejemplo, salir en la prensa con foto incluida difundiendo a diestro y siniestro todas las bondades del diseño realizado, así como su profesionalidad, para luego, caer en la más absoluta deshonra al demostrarse a ciencia cierta que su diseño es un penoso plagio.

No entiendo lo que mueve a este tipo de personas a realizar dichos actos bandálicos, la problemática más patente es la elección por parte del jurado como obra ganadora.

Un jurado debe estar compuesto por personas competentes, son receptores expuestos a las diferentes actuaciones de los concursantes, algunos con acierto, otros con síntomas de una mínima intención creativa, pero en su dificil elección, deben disponer ciertamente de un conocimiento del medio, lejos de toda asimilación crítica se lanzan al estereotipo más común, sin pararse a recapacitar si dicha decisión, viene tomada por una elección consecuente o símplemente por unas imágenes icónicas que asociamos y damos por buenas, y es en este momento, donde se vuelve a premiar lo premiado, se eleva a ganador a lo ya visto antes, y volvemos al plagio.

Los jurados tienen más culpa que el concursante, naturalmente el catalizador para que el plagiador se salga con la suya será siempre el jurado, por lo tanto, ante esta situación podemos afirmar que si un jurado es competente detectará las obras seriadas, inspiradas, copiadas y plagiadas y las descalificará.

Como concursante es indigno ver como te ganan con un plagio descarado, como ante las reclamaciones la institución de turno mira hacia otro lado y deja impune al delicuente, y ellos los jueces quedan libres como siempre.

Como jurado también es indigno ver cómo concursantes intentan colarnos obras copiadas, plagiadas...te sientes menospreciado y a la vez como profesional te embriaga una sensación de poder, de saber que has pillado al culpable, que no vas a dejar que se salga con la suya, esta vez no amigo, esta vez no.

Para terminar comentaros que he ganado casi un centenar de premios en concursos de carteles, en muchos he quedado segundo siendo en varios casos el ganador un claro plagio, nunca he reclamando, no por no tener razón y ganas, simplemente por desgana, por cansancio.

Este año sin ir más lejos me han plagiado un cartel que realicé hace la friolera de 12 años, y todos tan contentos, se cree el plagiador que con el paso del tiempo se puede plagiar más impunemente, eso parece, porque le han dado el premio, también es cierto que yo tampoco he dicho nada, aún habiéndome plagiado, tengo parte de culpa, pero no tengo ganas de verme mezclado en esos líos, prefiero que cuando salga otra vez mi nombre en los periódicos sea por otra victoria, no por reclamar nada.

Al final, un concursante legal se ha retirado, estoy cansando de pensar para cada nuevo proyecto algo difrente, nuevo, fresco, innovador, no sólo comparado con otros proyectos ajenos, sino con cualquier otro trabajo mio, y esto cansa, ver como ganan otros en diferentes sitios con el mismo cartel simplemente cambiando el nombre de la localidad, ya estoy mayor para tonterías, cuando los jurados se pongan las pilas, quizá recarge yo las mías y regrese con más fuerza.

Voy a poner algunos ejemplos claros de plagios, no son de  concursos de carteles para que nadie se sienta ofendido, pero al final es lo mismo...plagios¡¡¡

El maratón de México plagia el cartel del Carnaval de la capital grancanaria, sin palabras.



La imagen original pertenece al fotógrafo Javier Aramburu para el número 13 de la revista de moda Avenue, que salió en junio de 2008. Aunque en un principio la productora de la película, Mediapro,  reconoció el error (la propia Coixet aseguró que fue ella quien personalmente ejecutó el cartel y quien decidió utilizar la fotografía), las negociaciones entre la productora y Aramburu no han llegado a buen puerto (el fotógrafo ha calificado la oferta de Mediapro de “insultante”), por lo que el pleito se resolverá en los tribunales.



Lo que ya parece un chiste es la similitud, practicamente calcada, entre el cártel de la serie de Allan Ball  True Blood y el de la última película de Megan Fox, Jennifer´s Body, sólo hay que voltear con Photoshop el primero para obtener el segundo.